Espero lector que tengas a bien concederme tu indulgencia y absolverme, sin cambiar un higo por un dátil, del desliz o pecado literario de plagiar al divino Dante, camino del último y más profundo círculo de su infierno imaginario donde son arrojados, entre eternos y pavorosos hielos, los culpables del delito de felonía. Ignoro lector de qué manera llegué a un lugar tan lóbrego y frío, tan espantoso que congelaba el miedo y amorataba la rígida expresión de mi guía. Por qué recóndito agujero pudimos entrar no sé explicarte.
Lo cierto es que los dos viajeros, Virgilio y yo, habíamos dejado atrás la Estigia y al can Cerbero, el que guarda las puertas del infierno, adentrándonos en la negrura, como noche privada de luna y estrellas, y acercándonos al terrible fuego donde se queman en distintas regiones los asesinos, los ladrones, los malos consejeros, los aprovechados de los cargos públicos, los glotones, los lujuriosos, los usureros, los hipócritas o los falsificadores. El último círculo, el noveno, al que habíamos llegado, retenía a los que usaron el engaño contra quien se fía, los traidores, cuyos máximos representantes eran, además del propio Lucifer, Cayo Casio Longino, su cuñado Marco Junio Bruto, Judas Iscariote y los tres lugartenientes de Viriato. Es difícil de imaginar ese frio recién terminado el verano y cuando el sol calienta aún los espléndidos y tardíos frutos de la vid. Mucho es el miedo que acongoja mi alma del tormento que presencié allí abajo, tal que ya, empezada la crónica, empieza a pesarme la carga de llevar veraces noticias de los malvados traidores.
Al igual que el poeta florentino, a mil rostros yo vi atenazados por el frío. Los que allí estaban helados se mostraban paralizados por la capa de hielo que lo cubría todo. Todos tenían los pelos tejidos con lazos de hielo, hirsutos como las espinas del erizo o suaves, escasos o abundantes, blancos o aún de su color juvenil, lacios o rizados, todos tiesos y escarchados; las manos de todos esos desgraciados aparecían rígidas y blanquísimas como las espantosas representaciones de la Gorgona en las lápidas de mármol de Carrara que taparon un día los cuerpos de los traidores a sus amigos o a su patria. De sus ojos pendían ríos congelados de lágrimas, como sutil tejido que trasluce su falta de calor humano, arrepentidos, tarde, muy tarde, demasiado tarde, de su terrible yerro, su vileza y su pecado.
Mi acompañante, el gran poeta latino, que también acompañó a Dante por el infierno y el purgatorio en el mismo devenir, me daba esperanza y me alumbraba guiándome por los enigmas que se presentaban ante mi vista. Yo le seguía como el ciego que va tras su guía para no perderse ni tropezar. Eran muchos los cuerpos y cráneos apresados entre el hielo, aunque en realidad, según Virgilio, muchos de los que allí están, con sus almas condenadas, podrían seguir con sus cuerpos en la tierra. Andaba yo con el miedo tan pegado al cuerpo como sayo ajustado, escuchando al autor de la Eneida, aconsejarme: “De mí no te separes y mira dónde pisas, ten cuidado de no dar patadas al triste cráneo de alguno de estos desdichados que sobresalen del gélido suelo”.
Atrás abandonar la Caína, donde permanecen los ingratos que engañaron a sus familiares, y penetrando ya en la Antenora, la región donde cumplen su pena los traidores políticos, no se sabe si por azar o porque el destino lo quiso, golpeé el rostro de una cabeza que llorando me increpó: ¿Por qué me pisas? Si a aumentar tu no vienes la venganza.., ¿por qué me molestas? ¿Quién eres que vas golpeando los rostros de los condenados? Adiviné, tras la capa de hielo, que no era una sino dos las cabezas que me increpaban, tan unidas que sus lágrimas heladas, su saliva glacial y sus frías heridas, se unían para toda la eternidad en un aterido estertor; tan cerca estaban que como dos chivos se golpeaban iracundas.
Si saber quieres quiénes son estos dos, me dijo el gran poeta latino, debes buscar entre aquellos políticos que han perdido el favor del pueblo y aquellos aduladores y chaqueteros más cercanos que ofrecieron su lealtad mientras duró el cargo y las prebendas. Aquí no encontrarás sombras más dignas del cruel hielo que ese que llora con la vista gacha y ese que ladra como un vil traidor aunque esté disfrazado de un león culpable de soberbia.
¿Qué tienes? ¿No te basta sonar con las quijadas, sino que ladras? ¿Quién te da tormento? Así le decía una cabeza a la otra mientras le mordía allí donde se juntan la nuca y el cerebro, con la avidez que se devora el pan con hambre; no de otra manera Angélico della Torre Pirrión roía la sien de Pietro del Castro y Vaz por despecho.
—Oh tú, que muestras un odio tan brutal por quien así devoras, dime el porqué, que si con razón te quejas de él, sabiendo quienes sois, y su pecado, aún se pueda aclarar las circunstancias de vuestra ignominia.
De la feroz comida alzó la boca, limpiándola de los pelos de la cabeza que detrás roía.
—Tú quieres que rememore el amargo dolor que me atenaza sólo al pensarlo, más si mis palabras han de ser simiente que dé frutos de infamia a este traidor que muerdo, al par verás que lloro y hablo. Debes saber que fui regidor de una gran ciudad y que éste que yace junto a mí ha sido amigo infiel, aval vencido, codicioso y ruin aprovechado; ahora es rico gracias al mal gobierno de la república, y, vencido como estoy, anda pavoneándose, aún en vida, con mis enemigos y exigiendo el pago de deudas que sólo él imagina. No quieras saber más; unidos estamos para toda la eternidad, él como traidor y yo mismo como responsable único de ese delito y, además, culpable del mal gobierno de la ciudad al rodearme de inútiles vasallos y felones como el que me ocupa.
Y diciendo eso, se volvió y siguió mordiendo la cabeza del otro. El llanto mismo el lloro no permite. La rabia y el ánimo de venganza encuentran el ojo lleno de lágrimas congeladas, como visera cristalina, impidiendo cualquier sentimiento humano.
El día 6 de octubre de 2003, Juan José Güemes, coordinador de Participación Ciudadana del PP regional, pidió la creación de una comisión de investigación que permitiese esclarecer los casos de corrupción urbanística que habían salido a luz en el municipio de Getafe. Entre las personas que citaba el que fuera Consejero de Comunidad de Madrid, estaban los exconcejale de Getafe, José Luis Rivas Cabezuelo y Jesús Neira Salazar, el exconcejal de urbanismo de Leganés Isidoro Herrero, el extécnico del Ayuntamiento de Getafe Luis Miguel Díaz Castro, el concejal de urbanismo en aquel preciso momento del Ayuntamiento de Getafe Francisco Hita, y Ángel Torres, ya presidente del Getafe CF SAD en ese momento, y que «son los que deben explicar distintas corruptelas urbanísticas» según el responsable popular y número tres de Esperanza Aguirre. Además de los citados faltaba Antonio Alonso Herrero, reciente exconcejal de Haciendo y Policía Municipal del Ayuntamiento de Getatfe
Y Güemes lo tenía claro. Se acababa de leer el artículo de la revista Época, El clan de los mil millones o Forrarse en Getafe a sombra del PSOE que publicó esta revista en su número 972, de 3 de octubre de 2003. El día 8 de octubre es Consejero de Hacienda de la Comunidad de Madrid, Antonio Germán Beteta Barreda, el que solicita en Getafe la creación de la Comisión de investigación.
Durante el otoño de ese año se constituyó la comisión de investigación que no llegó a aclarar ninguna de las dudas ni actuaciones de dudosa legalidad que se habían planteado por la sencilla razón que, democráticamente nos replicaron, cuatro votos suman más que tres, concluyendo la mayoría de los miembros de la comisión, por resultado final, que esas personas «se habían dejado la vida por el municipio». Aquí paz y después, gloria. Y a seguir ganando pasta a toda marcha. El Plan General de Ordenación Urbana, tras más de dos años de vaivenes y dos aprobaciones fantasmas por el «amigo Gallardón«, por fin se aprobó definitivamente en el año 2004, y en el que consagraban o intuían operaciones como la de Metalinas, Tropic Costa, Kelvinator, Cónsul, Hospitalillo, Tordesillanos, Campo de Golf, Gavilanes, El Rosón, etc.
Esta introducción ya histórica viene a cuento, y es pertinente, por las declaraciones de Ángel Torres durante el último pleno en que defendió que se le pagase una subvención de 1,8 millones de euros, además de los 1,5 que había cobrado antes de las elecciones municipales. Torres, al que se le fue la cabeza por soberbia o estulticia, se atrevió a hablar del dinero oficial y del dinero negro, oficioso según su jerga, que ha rodeado su gestión en el Getafe CF SAD y relacionó [en el pleno de la Corporación del Ayuntamiento de Getafe] este sucio asunto con una oficina en la calle Madrid, 13.
Y, fue el portavoz de UPyD, José Luis Morato, el mismo que participo en la famosa comida de la marisquería del barrio de Salamanca, el que le recordó que el delito, si lo hubiere, compete tanto al que da como al que recibe. Lo mismo es una bravuconada que solo le llevará a rectificar o a asegurar que el había oído, que se decía, que se rumoreaba o que se… Y es que no es lo mismo hablar de fútbol, tema del que cualquiera hace cátedra delante de la barra de una taberna, que hablar de economía, declarada y sumergida, o de las razones suficientes que han de llevar a una corporación como la de Getafe, con una importante deuda, a satisfacer nuevas subvenciones a una empresa que, por otra parte, se ha vendido, sin que sepamos nada del contrato ni de las plusvalías que conseguirá su presidente.
Pero, siendo casi todo el mundo tan flojo de memoria, y a cuento de las manifestaciones del presidente del Getafe, al que no se le ha secado aquella con la que habla, y aprovechando el momento histórico habría que aclarar algunas cuestiones ¿Qué había en el número 13 de la calle Madrid? ¿Hubo pagos en dinero negro? ¿Es socio Ángel Torres de Jesús Neira o de Antonio Alonso, máximos representantes de la trama de empresas socialistas? ¿En qué operaciones urbanísticas ha intervenido el presidente del Getafe CF SAD? ¿Alguna operación urbanística se planeó a cuenta de la ampliación de capital de la empresa Getafe Sports, SL para la adquisición de las acciones del Getafe CF SAD? ¿Cuánto cobró el Getafe CF SAD de las cooperativas gestionadas por PSG? ¿Cuál es el importe de la subvención municipal recibida por el club de fútbol desde que Ángel Torres es presidente?
Será el momento de conocer algunos detalles más que iremos desvelando, en la medida que podamos con documentación o, sin ella, solo supongamos, como no puede ser de otra manera con lo del dinero negro que ha sacado de la caja de Pandora. el ínclito presidente de la empresa propietaria del equipo de futbol de nuestra ciudad. Al fin y al cabo, si hubo delito ya está prescrito. La oficina de la calle Madrid estuvo abierta muy poco tiempo, apenas un par de años, el tiempo que transcurrrió entre la irrupción pública de Antonio Alonso en los negocios urbanísticos de Getafe; Alonso, que había dejado se ser primer teniente de alcalde y concejal en el año 1999, se desveló a los poco meses como socio de Jesús Neira; y allí empezó todo. Tras la adquisición de las oficinas de la red empresarial socialista en la calle Ricardo de la Vega 3, lo de Antonio Alonso se hizo público y notorio; incluso, amante del fútbol como Ángel Torres, empezó a soñar con ser presidente del club. Allí se juntaron, en dos oficinas, casi todos los implicados en esta truculenta historia de fútbol, influencias y dinero.
Pero, ¿qué ha dicho realmente Ángel Torres para levantar tal polvareda a estas alturas? Además de aportar la idea estúpida de que el dinero que recibe su empresa del Ayuntamiento no es una subvención sino una deuda, el dueño del Getafe CF SAD ha osado llamar la atención pública con unas declaraciones falsas y fuera de lugar. A Ángel Torres se la ha ido la razón, le ha abandonado el sentido común, como si los recuerdos se le hubieran mezclado de manera anárquica en el cerebro, disolviendo la cronología de los hechos y su concordancia, revolviendo la fechas y los asuntos, fruto de su enfado, de la sucia conciencia del que quiere limpiar el yerro de la traición, o del mal de alzheimer , o, en todo caso, con síntomas evidentes de un envejecimiento prematuro, una tremenda confusión mental y una cantidad inaudita de estrés, dignos de hacer ya lo que dijo hace casi cuatro años: “Nunca estoy más de diez años en el mismo proyecto; en tres años me retiraré y me dedicaré a viajar”. El año cumple los diez años al frente de esa empresa privada que es el Getafe CF SAD. Pero las empresas no son proyectos que se puedan dejar así como quien se jubila y se va de vacaciones. En todo caso son un activo o una carga. Se pueden dejar en herencia, vender o traspasar.
Durante su comparecencia en el Pleno del Ayuntamiento aseguró que “en el año 87 yo era vicepresidente del club. Cobrábamos más subvención que ahora. Bien es verdad que con trampa. Alguien puede sacar un papel y decir que se cobraba menos, en oficial pero no oficioso, así que pasaros por la calle Madrid, 13 por la primera planta….Este club ha sido siempre una ruina. (…) Yo no miento… “. Y no es que digamos nosotros que mienta, es que tiene una ensalada mental que no se aclara ni él mismo o piensa que todo el mundo es ignorante del pasado o sencillamente desmemoriado. Y es que no; entonces ya existía prensa local y, además, especializada en deportes. Queda constancia. De una época a otra va la misma distancia que hay de la peseta al euro, así que imaginen.
Evidentemente lo que dice Ángel Torres Sánchez en el Pleno del Ayuntamiento de Getafe es mentira. Por una sencilla razón. En 1987 no había nadie en la calle Madrid, 13 que tuviera relación con él ni con el fútbol. El equipo del que habla en el año 1987 era una entidad diferente a la de su propiedad. Entonces era un club, el Getafe CF y ahora, desde el año 1996, es el Getafe CF SAD, una sociedad anónima deportiva que como cualquier otra empresa es propiedad de sus accionistas. No sabemos si había dinero oficial y oficioso. Lo que sí está documentado es que la Junta Directiva de aquél club cometió diversas irregularidades, antes de que fuera miembro, mientras y después.
En 1987, con 35 años, Ángel Torres Sánchez se incorporó a la Junta Directiva del Getafe CF, club que acababa de ascender a Segunda División B y que presidía Antonio de Miguel, conocido como “el zapatero” por la tienda que regentaba en la calle Ramón y Cajal. El nuevo vicepresidente realiza sus primeras declaraciones públicas y dice que Getafe por tradición tiene que tener un equipo en Segunda División A y que la subvención del Ayuntamiento, según él mismo de un millón [de pesetas], dato lejano de la realidad, está desfasada con respecto a otros clubes de la zona sur.
La temporada 87/88 terminó con el equipo en tercera posición aunque se despidió de su afición en un escandaloso partido con uno de los equipos que se jugaban el descenso. El entrenador del Sanluqueño llegó al vestuario del Getafe CF, como lo oyen, y ofreció un millón de pesetas por perder el partido. Así de claro era el tema; así funcionaba esto del fútbol y así sigue funcionando. Eso sí, el ofrecimiento era en dinero oficioso. En el último partido de la temporada, el poderoso equipo del Getafe CF entrenado por Eduardo Caturla, segundo en la clasificación de la categoría, perdió por 1-3. El escándalo en el Municipal de Las Margaritas fue de los que hacen época. Pañuelos blancos y bronca al palco y a los jugadores. Al final de esa temporada ya se hablaba del cambio de Junta Directiva. Ángel Torres empieza a postularse como aspirante al cargo en la Asamblea del 10 de julio de ese año al descubrir de manera descarnada la realidad económica que ocultaba la Junta Directiva, cifrada en una deuda de ocho millones de pesetas. Casi a la misma vez que Torres presentaba su dimisión, la Junta directiva le cesaba como Vicepresidente.
Nada más empezar la temporada siguiente 88/89, en septiembre de ese año, se desata la guerra mediática entre Antonio de Miguel que duda en el diario Marca de la gestión de Ángel Torres como vicepresidente y, en contestación, las declaraciones del aludido que lanza su lengua como un tridente contra el presidente del Club en el periódico Getafe Deportivo. Aseguraba que [el zapatero] «es un cínico y un enfermo mental y que necesita un psiquiatra que le cure”. Arremetía también contra el préstamo que la Junta había hecho a uno de sus miembros en apuros y la reforma de la zapatería de la que dejó a entender que se ha pagado con fondos del Club. En la misma edición desvela que el Getafe CF tiene concedido un préstamo de tres millones de pesetas avalado por él. Ese año, según declaraciones de unos y otros parece que la subvención del Ayutamiento al Getafe CF era de siete millones. Pero no el coste para el Ayuntamiento.
A finales de la temporada, en abril de 1989 la Junta Directiva declara en la Asamblea General celebrada que el déficit real es de diez mil pesetas. Ángel Torres asegura que las cifras mostradas son mentira. El alcalde de Getafe, Pedro Castro, también interviene en el debate público y aclara que la subvención del Ayuntamiento al club es doce millones de pesetas que se dividen en los siete oficiales que declara la Junta Directiva y los cinco millones que cuesta el mantenimiento de las instalaciones, la cesión de la publicidad, del quiosco, etc… Pedro Castro asegura que quiere al equipo de la ciudad en segunda división A y asegura que implicará a los empresarios de la localidad para que apoyen económicamente al equipo.
En junio de 1989, Ángel Torres vuelve a pedir la dimisión del presidente del Getafe CF y solicita la intervención del Ayuntamiento. Torres conforma una “junta gestora” como alternativa a la Junta Directiva que preside Antonio de Miguel. Entre los miembros del grupo opositor están el que fuera concejal de Alianza Popular Gabriel Navarrete, el periodista Juan Carlos Portero, José Macarrilla, Jesús Salazar, Jesús Talón, Fernando Luengo, Jesús Mantilla, Manuel Estepa y Manuel Calero, entre otros. Este grupo, avalado por más de 300 firmas, pretendía el apoyo del Ayuntamiento. En los presupuestos que elaboró esta Junta directiva alternativa se incrementaba el presupuesto de la entidad hasta los 58 millones de pesetas y se consignaba un aumento de la subvención municipal hasta los diez millones de pesetas. Antonio de Miguel aseguró, a pesar de la presión, que no pensaba dimitir, que le quedaban otros dos años de mandato y que el presupuesto diseñado por el grupo opositor era “descabellado”. En fin, el cuento de nunca acabar.
Sin embargo, durante esa etapa histórica, Angel Torres no fue nunca a la calle Madrid, 13. Era imposible. Por una sencilla razón. Nadie podía sospechar en aquella fecha quién o qué habría diez años después en esa dirección postal. Si en esa época, en los años 1987, 1988 o 1989 hubo dinero oficioso como llama Ángel Torres al dinero negro, tuvieron que recibirlo o entregarlo en el Disco Pub Lovely Chic, en la calle Empedrada, que regentaba él mismo, o en la zapatería de Antonio de Miguel, en la calle Ramón y Caja.
A resultas de las declaraciones del propietario del Getafe CF SAD en el Pleno el Ayuntamiento, algunos medios de comunicación como La Razón o El País se han referido a esta dirección sin tener, lo que se dice, ni cochina idea de lo que hablan; y es lógico cuando se habla de asuntos que ocurrieron hace veinticuatro años o más. Y si había alguna relación con el número 16 de la misma calle, que la acabará habiendo, siete u ocho años después, es porque la sede electoral del PSOE en la calle Madrid 16 es propiedad de uno de los inquilinos de la misteriosa dirección a donde asegura Ángel Torres que había que ir a por el dinero oficioso.
Pero ¿qué había o quiénes estaban en la primera planta de la calle Madrid 13? ¿Cuándo y durante cuánto tiempo pasó lo que pasara allí?
En el año 1999, tras cuatro años de diputado regional, Jesús Neira, el exconcejal de urbanismo del Ayuntamiento de Getafe hasta 1995, empieza a funcionar con el grupo de empresas socialistas que ha consolidado en la sombra tras su salida del consistorio. El también exconcejal de urbanismo de Leganés y socio de Jesús Neira, Isidoro Herrero, conocido en aquella época como “Isi-de-oro”, y el exconcejal de Hacienda y Polícia Municipal del Ayuntamiento de Getafe, Antonio Alonso, aparecen ligados en una enrevesada trama de influencia económica y política. No han pasado ni los dos años de cortesía cuando los mencionados excargos públicos surgen en el panorama inmobiliario y urbanístico de Getafe con empresas y propiedades que saltan a la luz con actividades cuando menos no éticas. Al poco tiempo de que se desvelasen las empresas del exconcejal de urbanismo del Ayuntamiento de Getafe, en los albores del año 2000, y a la espera de una sede definitiva, Astron Iniciativas, SA, domiciliada inicialmente, en el domicilio de Neira, en un chalé de la cooperativa Pablo Iglesias, se instala de alquiler en la calle Madrid, 13, convirtiendo esa dirección en el centro neurálgico, aunque provisional, del urbanismo local. Antonio Alonso, que también ocupaba un despacho, intentaba mes tras mes disimular antes las visitas indiscretas y ocasionales pregonando, que él estaba, igualmente, de paso; embuste y disimulo que tardó poco tiempo –apenas año y medio-, en olvidar tras su traslado, junto al grupo empresarial, a la calle Ricardo de la Vega, donde ya estaba Ángel Torres y su empresa de intermediación.
Las relaciones de Jesús Neira, Antonio Alonso y Ángel Torres están obligadas a confluir y se empiezan a mezclar con la alegría inmobiliaria que suscita la burbuja en la que se vive en toda España. El 22 de enero de 1999, Ángel Torres y Jesús Neira constituyen Gestora Forjar Urbe, Sl, nombre de por sí que refleja el marxismo ladrillismo de los accionistas y con el objeto social de compraventa de solares, gestión urbanística, urbanización de terrenos, construcción de edificios, etc…
En febrero del año 2002, Jesús Neira constituye Getafe Sports, SL con domicilio en la calle Ricardo de la Vega, 3 y un capital suscrito de 5.940 euros. El 4 de abril, apenas dos meses después de la constitución, la Junta General Extraordinaria de esta mercantil, aprueba una ampliación de capital de 714.000 euros que suscriben el propio Ángel Torres, a título particular, y las sociedades Ofigevi , SL (su propietario, Miguel Torralbo, está en la cárcel desde el pasado mes de septiembre por los desarrollos del este de Madrid), Fomento y Gestión de sociedades Audiovisuales, SL (propiedad de Agustín Clemente e hijos) y Aniloral (la sociedad inmobiliaria del empresario de ropa deportiva Joma Sport) y Proyectos y Servicios Astron SL., sociedad donde coinciden Jesús Neira y los representantes de Soto e Hijos SA.
Como dato anecdótico, para que se enteren los periodistas de La Razón y El País, la empresa Renta Getafe SA, en la que participa Jesús Neira, adquiere en la notaría del malogrado Jesús Javier Huarte Montalvo, el 10 de octubrede 2002, una casa de tres plantas [tres fincas registrales] en la calle Madrid, número 16. Años después, concretamente en 2007 y 2011, el local de la planta baja se convertirá en la sede de la candidatura del PSOE en las elecciones municipales que tuvieron lugar en esas fechas. He ahí la conexión entre las oficinas de la primera planta de la calle Madrid, 13 y la casa, no solo el local, de la calle Madrid, 16.
El 20 de junio de ese mismo año, el 2002, Getafe Sports, SL adquiere las acciones del Ayuntamiento en el Getafe Club de Fútbol, SAD. El capital social suscrito y desembolsado por el Getafe CF SAD es de 2.150.000 euros .
El 13 de mayo del año 2003, Getafe Sports, propietaria del 97,6% de las acciones del Getafe CF SAD realiza una ampliación de capital de 2.433.960 euros hasta un capital resultante de 3.153.960 euros. un millón de euros por exigencias del Consejo Superior de Deportes. La operación coincide, como es lógico, con la ampliación de capital del Getafe CF SAD de 1.188.689,80 euros para dejar el capital del equipo de fútbol en 3.339.640 euros, suscrito y desembolsado.
El presidente del Getafe CF SAD, y del consejo de administración que lo gestiona, es una de las búsquedas más requeridas en esa obra colectiva que es google. Media España y un pellizco del mundo asistieron al nacimiento de una estrella mediática, al que los ladrillos de las cooperativas, el chalaneo de la intermediación inmobiliaria y su ocupación como «conseguidor» socialista durante los últimos años le han catapultado a una posición de privilegio económico y social. Y eso ha sido así hasta las últimas elecciones en las que su mentor Pedro Castro se ha despeñado desde el despacho de la segunda planta del ayuntamiento hasta el frío y duro suelo de granito de la Plaza de la Constitución. A partir de la pérdida del poder por el que fuera alcalde durante casi treinta años, Ángel Torres ha escenificado, sin pudor alguno, un atrevido movimiento de traslación y rotación en el que pretende abandonar la “órbita” que ha seguido durante años para instalarse en el círculo de influencia del nuevo alcalde de Getafe, Juan Soler-Espiauba Gallo.
¡Quién dirá que no al destino, a la incertidumbre del futuro, a lo que todavía no está escrito y es posible! La traición, consumada y representada en público como una opereta, tiene algo de inmoral al intentar un nuevo punto de partida con el otro bando. La traición está caracterizada por las maniobras clandestinas, la nocturnidad, los pactos secretos, las intrigas o las nuevas promesas. La traición puede ser el pequeño precio de un soborno o una gran operación para esquilmar y desfalcar, de nuevo y por enésima vez, las arcas y el erario público en beneficio particular. Al fondo del hielo que atrapa a los traidores siempre está el brillo del dinero. Tan culpable es el que incita a la traición como el que comete la felonía. El semblante afable y risueño, el rostro de sonrisa amable, generalmente esconde las verdaderas intenciones del alma de los traidores
Ángel Torres Sánchez nació en Recas (Toledo) hace casi 60 años. A los catorce, tras la muerte de su padre, se trasladó a la «emergente» ciudad industrial de Getafe, donde empezó a trabajar como obrero sin cualificar en el sector metalúrgico, más exactamente en los Talleres Ocaña, una pequeña empresa metalúrgica instalada en la calle Manzana, hoy en pleno centro urbano, y donde, posteriormente, Construcciones Técnicas Herba, SA, principal adjudicataria de la obras municipales desde finales de la década de los ochenta hasta casi entrado el siglo XXI, levantaría el edificio donde tiene su vivienda, que sepamos, el exalcalde de la villa, Pedro Castro Vázquez.
Agonizaba la década de los sesenta. La dictadura acometía, con cien años de retraso, la revolución industrial en España. La zona sur de Madrid, donde se proyectaba un mar de fábricas, crecía con ciudades dormitorios, inhóspitas y rebeldes. El propio capital había transformado las huertas de alcachofas y pepinos en auténticos campos de batalla, foco de revuelta y transformación social, que le valieron durante mucho tiempo el sobrenombre de «cinturón rojo».
Día a día, a las puertas del taller, dando patadas a cualquier “cuero” o lata vieja, el joven aprendiz se ganó ante sus compañeros el sobrenombre de “pirri”. A los 18 años entra a trabajar en Kelvinator, donde coincide con el que será durante un corto periodo de tiempo su vicepresidente, Antonio Alonso. Su afición por fútbol le llevó hasta la bodeguilla de la calle Ciempozuelos donde empezará su carrera como futbolista aficionado y donde manejará por primera vez los dineros de un club. Corría el año 1979 o 1980; la Agrupación Deportiva Los Ángeles preparaba la siguiente temporada. A pesar del apoyo económico de la empresa Talleres Parla faltó dinero para recoger las equipaciones del equipo. Ni corto ni perezoso –dicen quienes le conoce de aquella época- que puso en prenda el anillo que le había dejado su madre. Tras recolectar el dinero que faltaba y abonar el resto para recuperar el anillo, dicen esos conocidos que sobrando una perrillas no tuvo ningún reparo en metérselas en el bolsillo. Cuando el entrenador sacó las camisetas de las cajas, al llegar al número cuatro, el número del famoso jugador del Real Madrid, se paró y acompañado por un simpático redoble de tambor hecho con los labios rebufando, dijo «el número cuatro, para…. pirri, pirraca», mientras aplaudían y gozaban el resto del equipo.
Angel Torres ingresó en el Partido Comunista de España. Sin formación ni tradición, no pasó de militante de base; es difícil hacer carrera política en una organización tan compleja como el PCE en la que confluían las corrientes de pensamiento más diversas, desde los sectores más duros ideológicamente como los prosoviéticos, los troskistas, los maoístas o los eurocomunistas de Santiago Carrillo, con los movimientos vecinales. Allí coincide, entre otros muchos, con Críspulo Nieto Cicuéndez, que le guiará desde la lucha ciudadana hasta el mundo del ladrillo; de la lucha por la vivienda social al pelotazo urbanístico, el convenio y la intermediación. En aquella época tambien hace de periodista deportivo. Incluye sus crónicas futbolísticas en la revista vecinal Presencia Ciudadana.
En 1978, el actual presidente del Getafe CF SAD, se embarca con Críspulo Nieto y otros comunistas en una iniciativa de «bienestar para el pueblo«, «un concepto de urbanismo al servicio del pueblo», segun un artículo que a finales de aquél año publicaba «Mundo Obrero». Críspulo Nieto controla Asociación de Vecinos Centro San Isidro; es presidente de la Cooperativa de viviendas Nuevo Hogar y de la Junta de Compensación del Sector 3; en su consejo rector están, además de Angel Torres, Lorenzo Higuera y Julián Serrano. Lideradas por la cooperativa Nuevo Hogar (1.500 viviendas), que además controlaba la Junta de Compensación, las cooperativas 2001, General Palacios (500 viviendas), Los Sauces (129 viviendas) El Artesón (169 viviendas), Ruiz de Alarnes (600 viviendas), Cerro de la Herradura (50 viviendas) llevaron a cabo en más de 35 hectáreas el mayor desarrollo de vivienda social de España hasta entonces. Nacía el Sector 3.
El Consejo Rector de la Nueva Hogar, así como la propia Junta de Compensación, estaba gestionada por Francisco Montero. Las divergencias entre este y Críspulo Nieto llevaron a ambas instituciones a una seria crisis que acabó con el llamado caso de los extratipos, intereses extraordinarios que generaban las preñadas cuentas de las cooperativas y que según se difundió en la prensa local se cobraban a título personal y se ingresaban en cuentas particulares. El procesamiento del presidente de la Junta llevó a su dimisión. Le sustituyó Lorenzo Higuera. Tras la salida de Críspulo Nieto y la entrega de las viviendas, la estructura se reorganiza ya en forma de sociedad anónima. En Espacio 2.000 se juntan, además de Lorenzo Higuera, Adolfo Sastre, Julián Serrano y Ángel Torres. Desde ahí gestionarán para Bami, SA lo que en aquel entonces se conocía como sexto cinturón, y que hoy es la urbanización de Las Laderas.
Mientras, Ángel Torres, más propenso a la negociación, al chalaneo y a las operaciones puntuales sitúa su centro de operaciones en el Bingo de Valdemoro. En esa localidad, donde es alcalde Francisco Granados, entra en la Junta Directiva del equipo de fútbol local; permanece tres años como vicepresidente de Valdemoro CF y el último año consigue el ascenso. Tras liquidar sus negocios en Valdemoro y su participación en Espacio 2000, con las espaldas bien cubiertas compra el disco pub Lovely Chic, cita ineludible de la noche getafense para políticos, empresarios y periodistas, que sabrá utilizar como trampolín social y despacho profesional.
Es el año 1987 y volvemos a coger el hilo de la historia que intentamos tejer.
Las millonarias subvenciones municipales recibidas por el Getafe CF SAD desde que Ángel Torres es propietario del “primer” equipo de fútbol de la localidad, la buena trayectoria deportiva que ha situado a Getafe en el mapa español y europeo, añadido a la mala gestión de la masa social, peñas y aficionados, ha desembocado en la venta del equipo a un fondo de inversión árabe. Según se dice … No tenemos constancia de la venta, del importe ni de las plusvalías que se generan en esa operación que parece que viene a culminar y dar fin a las cuitas y zozobras de entonces, los pelotazos económicos ligados a un grupito de empresarios y expolíticos getafenses durante los buenos tiempos de la burbuja urbanística; seguramente esta interminable historia nos depara alguna sorpresa mayúscula.
El Getafe CF SAD nace con la refundación del antiguo Getafe CF en Septiembre de 1996. Casi la mitad de las acciones de la nueva entidad son propiedad del Ayuntamiento. Así, en el primer Consejo de Administración aparece el entonces concejal de Deportes Santos Vázquez; el presidente es el empresario de la construcción Francisco Flores Díaz. También aparecen otros personajes como Romualdo Manso, Santiago Godino o Julián Melero. El capital social suscrito y desembolsado en el primer acto societario asciende a la cantidad de 115.200… pesetas. El domicilio social todavía se sitúa en el Estadio de las Margaritas, en la Avenida de las Ciudades s/n.
En 1998, además de Santos Vázquez y Francisco Flores aparecen y los otros que aparecían en la constitución, se incorporan por los distintos grupos políticos del Ayuntamiento Gregorio Gordo Pradel (IU), Fernando Tena Ramiro (PSOE) y Justo Vázquez Marcos (PP). En el verano de 1999, (Jesús Neira y Antonio Alonso ya están ejecutando su plan empresarial) el domicilio social del Getafe CF SAD se traslada al nuevo estadio de Getafe Norte al que se llamará Coliseum Alfonso Pérez, en la Av. Teresa de Calcuta, s/n.
En el verano del año 2000 se hace una ampliación de capital de 242.688 pesetas. Son tiempos revueltos en la entidad. Seis meses después, el 26 de enero de 2001 se inscribe en el registro mercantil el nombramiento como presidente de Francisco Felipe González Gervaso. El vicepresidente es José Sánchez Bernal, padre de otro futbolista getafense de prestigio (Víctor Sánchez). Las discrepancias entre Felipe González y José Sanchez Bernal no se hacen esperar. Parece que es el destino, no llevarse bien, de Presidentes y Vicepresidentes del equipo de fútbol local.
A finales de octubre de 2001, cesan en el registro mercantil los políticos (Goyo, Tena, Vázquez y Justo y también desaparecen como cargos de la entidad Francisco Felipe González Gervaso y José Sánchez Bernal. Son tiempos de incertidumbre. Entre la ida de Felipe González y la aparición del equipo de Neira y Torres, llegan los famosos argentinos (Javier Domingo Rebosio y Santiago Vega), que al igual que los anteriores, duran poco y no ponen ni un euro.
La entidad está a punto de desaparecer hasta que Pedro Castro y el propio Santos Vázquez tocan a rebato para que el grupo de empresas socialistas de Jesús Neira y Antonio Alonso se hagan cargo del equipo. A Jesús Neira el fútbol se la trae floja; al que le gusta, y añora ser presidente del equipo, es a su socio Antonio Alonso. El problema es que a la hornada de expolíticos socialistas y otros empresarios del sector inmobiliario y con intereses en suelo susceptible de ser desarrollado, hay que sumar a alguien que sepa de fútbol y que tenga dinero o sepa cómo sacarlo en perfectas y magníficas operaciones, diseñadas para generar recursos con el visto bueno de los políticos que gobiernan la ciudad y de los servicios técnicos de urbanismo.
En junio del año 2002 desembarca la empresa Getafe Sport, SL. El nuevo consejo de administración nombra a Ángel Torres presidente y a Antonio Alonso Herrero vicepresidente del Getafe CF SAD. El resto del consejo está compuesto por Agustín Clemente Alonso y Marí Paz García Novo(Fogesa), Miguel Torralbo (Ofigevi ), Manuel Ruiz Morales (Soto e Hijos), Jesús Neira (Astron) y Jesús Martínez Velasco.
Al poco tiempo empiezan las deserciones, algunas forzadas, como la de Miguel Torralbo que deja el club en abril de 2003. A finales de ese año también cesa también el vicepresidente, Antonio Alonso. No era eso lo que él esperaba; además su corazón no estaba para peleas estúpidas. Alonso era el nexo de unión entre Angel Torres, el Getafe CF SAD y la calle Madrid, 13. Lo cierto es que las tres cosas no coincidieron en el tiempo. Antes de que Ángel Torres y Antonio Alonso fueran presidente y vicepresidente del Getafe CF SAD, mucho tiempo antes, más de un año, el grupo empresarial de Jesús Neira se había trasladado desde la calle Madrid 13 hasta la calle Ricardo de la Vega 3. Estas últimas oficinas adquiridas en subasta a Caja Madrid cuando Neira aún era consejero de la caja de ahorros por designación municipal fueron escrituradas a nombre de Astron Iniciativas el 14 de diciembre de 2000 ante el notario de Getafe Eduardo Torralba.
Difícil es que Ángel Torres pueda justificar lo del dinero oficioso con las mentiras que vertió en el Pleno del Ayuntamiento. Lo cierto, según consta en las escrituras y en registro mercantil, es que la ampliación del capital social de Getafe Sport, SL de 714.000 euros se ingresó en efectivo metálico en la caja social. Casi nada: 714.000 euros en metálico. Eso es lo cierto; lo que se suponía o se rumoreaba es que ese dinerito, fresco, contante y sonante había salido de la “retocada” operación de Metalinas, de la que ya hemos escrito anteriormente y en la que intervino como conseguir el propio Ángel Torres. Con el dinero que se generaba en la recalificación de lo que iba a ser zona verde durante 100 años, se podrían haber pagado las acciones del Ayuntamiento. Sí que hay que dar vueltas y dar patada a una lata para salvar de la ruina a un equipo de fútbol, aunque sea propiedad de una empresa privada; y de paso engrasar el bolsillo.
Lo cierto es que todas esas operaciones como la de Metalinas (La Ilustración), los campitos de fútbol de Tordesillanos (Autobuses), el Campo de Golf en terrenos rústicos y protegidos, Gavilanes, etc.. han quedado sin investigar a pesar de la comisión de investigación que se creó en 2004 y así quedarán, con mayor razón por su prescripción, en la que se acaba de crear o en las que se puedan constituir en el futuro. Lo del fútbol en Getafe es una vergüenza. Y además, para colmo, lo caro que nos ha salido aunque no hayamos ido al estadio ni una sola vez.
Se dijo en un principio que Ángel Torres, que al principio lo negó, había vendido el club a un Fondo de Royal Emirates ligado al Emir de Dubai Mohammed bin Rashid Al Maktum. La falta de transparencia de la operación no deja seguridad en cuanto a la identidad del comprador ni a las cantidades negociadas. También se ha dicho que el nuevo propietario es Butti bin Suhail Al Maktoum, familiar del primero. Pero todo esto son suposiciones a las que no podemos asignar ningún sello de veracidad. ¿Porqué los Al Maktoum están interesados en comprar el Getafe u otros equipos europeos como el Málaga o el Manchester? ¿Daba igual el Getafe o el Zaragoza?
La fortuna de cada uno de estos jeques se valora en miles de millones de dólares. Para minimizar el impacto de esas cifras y algunos escándalos que les salpican intentan aparecer como grandes filántropos con generosas donaciones en especial para la educación infantil en los países pobres.
En septiembre de 2006, y según wikipedia, Mohammed bin Rashid Al Maktum y su hermano Handam bin Rashid Al Maktum fueron acusados ante un tribunal de los EE.UU. por su presunta relación con el secuestro de unos 30.000 niños a lo largo de las últimas tres décadas. Estos niños habrían sido obligados a trabajar como cuidadores y jockeys en las carreras de camellos, un deporte muy popular en los emiratos. El litigio fue impulsado por los padres de seis de estos niños.
Tras el anuncio de Ángel Torres de la venta del equipo a los jeques, algunos miembros del Consejo de Administración mostraron su rechazo anunciando que no todos los accionistas habían vendido y que el tema acabaría en los tribunales.
En la Asamblea celebrada el 4 julio de este año 2011, -según informa el periódico de Francisco Felipe González Gervaso, “Al cabo de la Calle”-, Ángel Torres que siempre ha acusado a los anteriores presidentes (entre los que está el editor de ese periódico) de llevarse la pasta, propuso que se le asignasen unos “honorarios profesionales” con carácter retroactivo desde el año 2002 por un importe total de seis millones de euros. Además quería que se aprobase un sueldo anual, desde ahora en adelante, de 600.000 euros al año. Eso es tener la cara más grande que la superficie del globo terráqueo. Desde cuándo en una empresa privada se pueden fijar honorarios profesionales retroactivos desde hace diez años. Ni para los accionistas, ni para el Ayuntamiento, ni para ningún vecino de este pueblo es aceptable esa propuesta de robo declarado y manifiesto a costa de los presupuestos municipales. Podría haber cobrado beneficios, cuando los hubiera habido y haber pagado a hacienda. ¿No? ¿Esa cantidad irá a pérdidas de la entidad? Se declarará el IRPF con carácter retroactivo? ¿Para cubrir tal inento es que está necesitado de millón ochocientos mil euros que reclamaba en el Pleno?
Lo peor de la reunión y que no ha salido a la luz pública es que afirmó que sus acciones se venderían por tantos euros y que los de los demás accionistas por menos que la mitad de esos tantos. Eso sí es un chalaneo indecente. Parece normal que se enfadaran el resto de accionistas del Getafe CF SAD.
El Consejo de Administración del pasado mes de julio donde se revisaron las cuentas de la entidad tuvo una primera consecuencia inmediata. La oposición de los Clemente (Fogesa), provocó que Ángel Torrres cesara fulminantemente a Agustín Clemente (hijo)como miembro del mencionado Consejo. Las tensiones entre los accionistas, incluso con los otrora amigos del PSOE, sobre todo con su «jefe» Pedro Castro, se manifestaron de nuevo recién empezada la temporada. En los prolegómenos del el partido de liga contra el Betis, Ángel Torres expulsó del palco a Agustín Clemente (padre). El cotilleo de la historieta asegura que uno de los hijos, Agustín o Víctor, tuvo que acercarse a la taquilla para comprar una entrada para su padre. La humillación es de las que no se perdonan. Pero, visto que el día no estaba para bromas, tampoco se escapó el exalcalde. Parece que Pedro Castro se atrevió a acercarse, incluso es posible que a sentarse, en la primera línea del palco, allí donde debería estar, aunque no había llegado aún, el primer edil de la actual corporación, Juan Soler-Espiauba. Ángel Torres, con sus maneras toscas y ordinarias le llamó la atención en público y lo mandó para una fila posterior, «más acorde con su posición actual». Y así quería el cateto que le aprobasen su millón ochocientos mil euros.
Pero, al fin y al cabo, que Ángel Torres saque lo que quiere de la operación con el Team Dubai, depende de que los jeques consigan aquello que buscan; y que desconocemos. No parece lógico que queriendo adquirir algo en firme, hayan entregado pagarés a 360 días, supeditando la presunta operación a no se sabe qué condicionantes. Hay quien asegura, será choteo, que Ángel Torres les ha prometido la Alhambra y el Coliseo. La Alhambra para que los jeques vengan de vacaciones y el Coliseo Alfonso Pérez para hacer un gran Centro de Estudios Islámicos y una gran Mezquita.
¿Será posible siendo los terrenos del Coliseo, como son, de titularidad pública? ¿Querrá llevar la Mezquita, el Centro de Estudios y el nuevo estadio del Getafe CF Team Dubai a los terrenos que tiene adquiridos en la parte norte, entre Los Molinos y la M-45? Cualquier cosa es posible que se intente. La literatura para especular con el urbanismo aún tiene, seguro, capítulos que completar con novedades que asombrarán a expertos y a desprevenidos ciudadanos.
A lo mejor los árabes se arrepienten y se largan con sus «petrodólares» a por otra presa. Lo peor, para Ángel Torres, sería el descenso. Se podrían evaporar de golpe años de trabajo, de esfuerzo y, sobre todo, millones de beneficio.
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NOTA. La fotografía «de los cuatro mosqueteros» en la que aparecen Jesús Neira, Pedro Castro, Ángel Torres y Santos Vázquez se publicó en el periódico Getafe Capital; el fotógrafo, posiblemente, sea Pablo Cabellos. Las fotografías de prensa reproducen págínas del periódico local Getafe Deportivo de los años 1987 y 1988. La fotografía de Ángel Torres ilustraba una crónica deportiva del Getafe CF para la revista Presencia Ciudadana del año 1978