Desde hace tiempo el PSOE de Getafe está de campaña electoral. Llevan cuatro meses; y todavía faltan ocho hasta las próximas elecciones municipales.

El aluvión de papeles que se nos viene encima acabará con algunos cientos de árboles cortados en vano y nuestros buzones ahogados con folletos absurdos o catálogos recios de fotos preciosas y cartulina cuché.

Desde el principio el publicista, que bien puede compaginar sus labores de asalariado municipal y las de creativo socialista, al fin y al cabo el trabajo es el mismo y se confunde, trazó las lineas maestras de la precampaña electoral de Pedro Castro, más necesitado que nunca de mantener, al menos, la intención de voto y que el barco del PSOE local no vaya definitivamente a pique.

El problema, para ser justos, no es, exclusivamente, del diseñador. Hay que tener en cuenta el binomio político responsable de las acciones publicitarias. David Lucas es el edil delegado de «comunicación e información» municipal y, Santos Vázquez, a su vez gestiona la «propaganda» socialista, además de la concejalía de urbanismo, que tan apañado y estrafalario está dejando el pueblo. Una ecuación política, que se anula en sí misma. Lo que uno suma, el otro resta; y viceversa, por supuesto. Vamos, que si dejan la política, es muy probable que ninguno de los dos se gane la vida en el ámbito de la publicidad. Y, si interviene el alcalde, con sus directrices de andar por casa, tendremos un potaje que no hay quien se lo coma.

El diseño general está marcado por un discurso publicitario añejo que pretende la identificación del color con la presunta ideología, y de las propuestas partidistas con la institución; Getafe es nuestro y lo hacemos sólo nosotros. De ahí la uniformidad del tinte de las farolas u otros artefactos urbanos con la publicidad del partido y con los folletos, cuadernillos, catálogos y otros panfletos municipales. Como si se tratara de la imagen corporativa de una empresa, han embadurnado todos los ámbitos locales con esa pátina burdeos a medio camino entre la imagen de la revolución bolchevique y el recuerdo del vino o la sangre…

La ilustración superior reproduce, a la izquierda (como no podía ser de otra manera), el diseño original publicado allá por el mes de abril o mayo; en el centro, el mensaje subliminal, con zp y todo, de ese pedazo de creativo; y a la derecha, la evolución gráfica casi natural de la secuencia, en fin, lo que le puede pasar a alguno por querer comerse el oso antes de cazarlo. Si; el rojo tiñe la ciudad y nos carcome la conciencia. Nos persigue su mensaje. Recientemente uno de los folletos municipales, «1.000 días de gestión» (con deuvedé incluido), ha acabado, tras la denuncia de la oposición, el Partido Popular, en los tribunales por publicidad partidista pagada con el dinero de todos. Resulta difícil establecer el límite, dónde acaba la propaganda del partido y dónde empieza la «información municipal«, aunque en este caso parece claro que se han mezclado. ¿Qué haremos con los folletos si finalmente los tribunales dicen que se trata de una campaña partidista?

Al margen del dictamen de los tribunales, nos interesa la campaña en sí misma. Como ejemplo de lo que no hay que hacer.Rojo, color rojo a raudales; que se confunda Getafe con la bandera roja de los socialistas; y que los anuncios emitan mensajes subliminales, como si hubieran vuelto a inventar el fotograma por segundo del refresco en la proyección de la película. En el intermedio visite nuestro bar. Qué sed, iremos corriendo, en el mes de mayo, hasta las urnas; un pedro castro de tortilla y una cocacola. Nos lo pide el cuerpo. El rojo nos invade; nos embriaga; nos domina. Ya verán; ya verán,… Este método, prohibido en la publicidad audiovisual, fue utilizado por la UCD en las primeras elecciones generales con la misma palabrita «paz»; ya recordarán ustedes lo que ha llovido desde entonces y los muertos que han sido… La publicidad, y sus pinceladas en el mobiliario urbano, contiene errores garrafales en conceptos básicos. Desatinos en el fondo y en las formas, en los paralelismos marcados entre la institución y el partido y que se lleva hasta el campo virtual, bajo la pauta de acercar la web municipal (www.getafe.es) y la socialista (getafe.psoe.es). Se ha prescindido de una análisis serio sobre los colores y su influencia en el comportamiento humano.

Google tiene numerosos recursos para perder al menos diez o doce minutos. «Si se quire hacer una campaña de Mercadotecnia que agrade a las personas en general, utilice los colores azules y verdes, son los favoritos de todo el mundo», afirma la autora de la conferencia que «puenteamos«. El rojo representa lo masculino y se asocia a la violencia, el fuego y el sexo, y por tanto al peligro y a la energía. Color por excelencia de cualquier revolución que se precie y de la bandera comunista. Cuando el color rojo gira hacia un tono burdeos, los matices nos llevan, como el terciopelo y el vino caro, hacia lo antiguo, lo aristocrático, polvoriento y ajado, lo burgués o lo decadente… Justamente lo contrario de lo que parece que pretendían… A lo mejor, era el objetivo, retratar así, al alcalde. En el mes de junio empezaron a inquietarnos con los mensajes. Desconcertantes y contradictorios. «La mejor oferta de ocio para este verano», y unos cuadritos gráficos con diversas opciones; cultura (¿pero hay?), danza, ballet, exposiciones, cursos, juventud, juegos, senderismo, … «más información en www.getafe.es«. y tras despedirse hasta septiembre, ellos sí se van… acaba y remata el guionista, «Getafe es tu ciudad, trabajamos para que te quedes…» Hombre, no jodas. Justo ahora, en aquel momento, a punto de empezar las vacaciones de verano y encima quieren dejarnos en Getafe.. Pero, pero… no es una publicidad institucional, del Ayuntamiento. No. Es una página del PSOE de Getafe. ¿Porqué se refiere a la página del ayuntamiento? ¿No confunde alguien lo público con lo privado?.A la semana siguiente, el genio de la publicidad continuó con la misma retahila. Nueva piscina cubierta. … «Trabajamos para que te quedes». Y dale, este año ni playa ni montaña. A la piscina cubierta de la Alhóndiga y que nos zurzan. No creo, a esas alturas, que la publicidad socialista contribuya a que estemos de acuerdo con su forma de planificarnos las vacaciones. No señor.Al volver de las vacaciones nos hemos encontrado con una ciudad sangrante que chorrea pintura roja; han empezado a plantar estatuas al peso y tiran las plantas de temporada por las nuevas medianas de las principales avenidas. Roja la ciudad, roja la publicidad; roja y sectaria. Los periódicos locales rojetes, los afines y los inocuos nos arrojan entre flor y flor la frescura del rostro del alcalde sesentón, lanzando a los cuatro puntos cardinales el mensaje de que representa el futuro. Ja. La cosa no tiene ni gracia. El montaje resulta falso. Escandalosamente antiguo. El tiempo no transcurre por la cara del alcalde.Se trata de la misma foto de hace cuatro años y que se puede encontrar en la página web del ayuntamiento. Eso, sin duda, es el pasado. Ni contratando a un artista del fhotoshop arreglan este año la cara de su excelencia. Nosotros podríamos intentarlo; aun procurando reparar el paso del tiempo por su faz y añadiendo una buena dosis de cosmética virtual, el resultado, tras la inserción de los nuevos eslóganes, no sería de su agrado; «Getafe es nuestra ciudad, trabajamos para que te vayas». El pasado tiene color burdeos.