Todo es mudanza,
todo se mueve
salvo los versos de Zamrak
esculpidos en el yeso de las paredes
de la Alhambra.
Todo cambia,
los árboles se agitan
con la fresca brisa;
el agua borbotea
con el rumor de la tarde,
se esconde, salta, chorrea
con su eterno murmullo,
deslizándose sin prisa
deslizándose sin prisa
y mojando los versos de Zamrak
esculpidos sobre el mármol.
Todo es mudanza,
todo se mueve con ligereza
como la traición del elegido
que llega con pasos quedos.
Y se va con aspereza.
Transparente y acuosa
la sangre de los Abencerrajes
corre hacia el fondo
mezclada con el alma de la fuente.
Todo es mudanza:
la amistad, los besos de juventud,
las risas, la belleza:
pura acechanza
de un pasado fugaz:
poemas escritos en la arena
de una playa lejana.
Todo se mueve
todo cambia
como el ave que planea
y el viento mece
y el viento mece
sobre la muralla roja.
Todo es mudanza
al final de los siglos
como el trazado del camino
el lustre de la piedra
que cubre los palacios
el barranco, el curso del río,
y hasta el verde de la hiedra
se vuelve seco y amarillo;
todo se pierde y muta
salvo la memoria del poeta
.
Los cipreses agitan su punta
contra el viento de la sierra
cimbreándose
como flechas lanzadas por el altísimo
clavadas en el jardín.
Las flores corren hacia la noche.
El agua huye por las acequias
en un viaje eterno.
Y hasta las sombras de los granados
caminan contra el sol.